A tan sólo unos meses del cobarde asesinato de Raul Reyes en territorio ecuatoriano, el pueblo colombiano sigue siendo testigo de las agresivas y criminales campañas militaristas del gobierno uribista que han convertido a todo el pueblo en un objetivo militar, y cuyo propósito es perpetuar el dominio del capital latifundista y transnacional que ha mantenido a los colombianos en la miseria, además de convertir a Colombia en la cabeza de playa del imperialismo en la zona andina. El narcogobierno de Álvaro Uribe –postulado para premio Nobel de la paz en un gran acto de cinismo– ha movilizado todo el aparato gubernamental para la guerra. Basta notar que del total de los cargos del Estado colombiano, el 81.2% están ocupados por servidores públicos asignados a labores de defensa, seguridad y policía.
Recientemente 400 organizaciones no gubernamentales de Derechos Humanos informaron que en los últimos 6 años, el 76% de los homicidios por causas políticas fueron responsabilidad directa del Estado. Estamos hablando de 10,200 personas, hombres, mujeres, jóvenes, indígenas, en su mayoría vinculados a organizaciones civiles y sociales, aunque también en muchos casos han sido tan sólo jóvenes del pueblo, sin ningún tipo de vínculo a organizaciones políticas. Recientemente se escuchó en todos los medios el caso de la desaparición de 11 jóvenes, que después serían acusados de guerrilleros en un intento de justificar su desaparición. Hasta ahora no se ha esclarecido este caso, sin embargo, este hecho se enmarca en una creciente presión de los Estados Unidos hacia el gobierno colombiano, a quien le exige presente resultados visibles del apoyo militar. El Ejército colombiano ha adoptado una modalidad de desapariciones o asesinatos a civiles, jóvenes, sindicalistas y campesinos, a quienes después presenta como rebeldes abatidos, para así poder reforzar el tono triunfalista que ha caracterizado las campañas militaristas de Álvaro Uribe, y poder rendir cuentas favorables a sus patrones en Estados Unidos. Según el Washinton Post, “bajo la presión de los comandantes militares para registrar muertes en combate, en los últimos años, el Ejército ha asesinado cada vez más a campesinos inocentes haciéndolos pasar por guerrilleros.” “Hay diferentes registros sobre el número de ejecuciones extrajudiciales como son llamadas las muertes de civiles. Pero un informe de una coalición de 187 grupos de Derechos humanos dijo que 955 murieron entre 2002 y 2007 y fueron clasificados como guerrilleros caídos en combate.”
El pasado 15 de octubre, en un episodio más de esta guerra, el ejército, bajo las órdenes del general Páez Varón reprimió con tropas, tanques y helicópteros, a los indígenas del Valle de Cauca –un pueblo que ha sufrido años de guerra sucia, represión, asesinatos y desapariciones– dejando un saldo de 2 muertos y más de 35 heridos. En este caso se trataba de civiles que protestaban pacíficamente contra el Estatuto Rural (Ley 1153), el Código Minero y el Plan de Aguas –leyes creadas para despojar a los indígenas de sus recursos naturales– así como el alto a la guerra del Plan Colombia II y el proyecto de Seguridad Democrática. Sin embargo, este hecho ha proyectado toda una oleada de resistencias que venían gestándose desde hace unos meses en el pueblo colombiano, que se rehúsa a ser simple víctima y ver cómo le arrebatan su soberanía. Desde el pasado 15 de septiembre, en esta región, se inició una huelga de 10 mil cortadores de caña de azúcar que ocupan ocho ingenios del Cauca, en su gran mayoría afrocolombianos, que protestan por las condiciones precarias en que laboran, teniendo que inhalar continuamente el humo de la quema de caña y el glifosato usado en las plantaciones, así como por los bajos salarios con que son remunerados, y de donde tenían incluso que pagar sus propias herramientas, ropa de trabajo y transporte. Esta huelga paralizó la producción de etanol y elevó el precio de la gasolina, lo que causó revuelo en los grupos de poder.
De ello, se siguieron una serie de huelgas y paros que fueron agregando al clima de movilizaciones populares, entre los que destacaron los del sector público, como los judiciales, los funcionarios del sistema electoral, los maestros, y los camioneros, entre otros, quienes exigían mejoras salariales ante el alarmante aumento de precios. Estas movilizaciones, que han literalmente conmocionado al Estado colombiano –que se vio obligado a decretar el estado de “conmoción interior” para reprimir a las fuerzas populares– han destacado por su extensión y profundidad, logrando hacer confluir a diferentes actores sociales y políticos en torno al objetivo común de parar al gobierno de Álvaro Uribe y defender su soberanía ante el intervencionismo y despojo imperialistas.
El pasado 12 de octubre comenzó también la “Minga de los Pueblos” cuyas principales demandas son el rechazo al TLC “un tratado 'entre patrones y contra los pueblos'; derogación de las reformas constitucionales que someten a los pueblos a la exclusión y la muerte; 'no más terror del Plan Colombia...' que infesta nuestros territorios y los siembra de muerte y desplazamiento'; cumplimiento del Estado a los acuerdos a raíz de la masacre del Nilo en 1991, donde fueron asesinados 20 nasas; y construir la Agenda de los Pueblos, que surja de 'compartir y sentir el dolor de otros pueblos y procesos'. 12 mil indígenas se pusieron en marcha hacia Cali, junto con los cortadores de azúcar y otros obreros agrupados en la CUT, demostrando así que el pueblo trabajador ya no está dispuesto a seguir siendo víctima de las políticas criminales del gobierno servilista de Uribe.
En la reanimación de las movilizaciones, las FARC han renovado su disposición al diálogo en aras del tan buscado canje humanitario, evidenciando una vez más la intransigencia del Estado que le ha apostado todo al negocio de la guerra, y al exterminio de los sectores organizados. Sin embargo, hoy particularmente, el pueblo no está dispuesto a agachar la cabeza. Como diría un indígena del Cauca: “¿Qué quiere el Gobernador, el Gobierno? ¿Que volvamos silenciosamente a ser víctimas de la guerra sucia, a dejarnos despojar y asesinar sin protestar, a dejarnos meter en una guerra que es contra nosotros?” Visiblemente, esto ya no es así. Ante la represión y el militarismo, el pueblo colombiano ha decidido levantarse en pie de lucha.
"No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable" - Benedetti
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jueves, 30 de octubre de 2008
lunes, 20 de octubre de 2008
Solipsismo... irónica cura para mi nihilismo
(escuchar el audio)
A veces me detengo donde se interceptan los caminos de la revolución,
donde estos pasan entre otros llenos de colores más ligeros,
quizá más diversos, con formas y texturas más complicadas,
casi me atrevería a decir que aquellos parecieran escondidos, olvidados,
en comparación con los últimos, más concurridos y cuidados,
los primeros llenos de verdades que azotan y golpean embusteras,
mientras los otros se extienden entre luces de neón.
Hoy por fin descubrí el blanco y el negro
y con ellos llegó también el gris que iluminó mis colores,
Entonces pude comprender el mundo.
Como un enjambre de luciérnagas rojas,
me asaltó un ejército de verdades.
Me rodearon batallones enteros,
que vociferaban e insultaban temerarios:
“¡Eres ser humano!” “Tienes corazón”
Esas tan tremendas injurias penetraron mi cuerpo.
Se escondieron ahí donde no podía alcanzarlas.
Estiré mis brazos, mis piernas, mi cuello,
doblé mi torso y mi cadera...
...pero no pude encontrarlas.
Entonces comenzó mi enfermedad...
Empecé a escuchar voces,
no sé si eran verdades o injurias,
me hablaban de teorías exploradas
de contradicciones y teleologías motivantes,
de primeros motores y modelos ideales,
de ontologías fantásticas y depresiones cíclicas...
Una de las voces me dijo que el mundo no estaba hecho más de necesidades,
que éstas ya no importaban,
que hace muchos años los egos se llenaron de realidades objetivas,
y crearon sujetos mercenarios,
que los bebés se transformaron en soldados,
y cambiaron a sus hermanos por monedas de aire,
y que las monedas se transformaron en actos sexuales ciegos y vacíos,
de los cuales nació la desesperanza.
Fue entonces cuando vi a mi gente...
los vi a todos,
uno por uno pasó frente a mí,
pero no reconocí a nadie.
Seis mil millones de rostros ocultos,
siluetas mecánicas caminaban en muchas direcciones,
pero ninguna iba hacia adelante.
Entonces quise gritar el camino,
pero ya no pude distinguir entre necesidad y libertad.
Y si la primera había desaparecido, la segunda nunca pudo existir...
Entonces una madre le gritó “estúpido” a su hijo.
El niño creció... y mató a su hermano.
Más adelante, una televisión se comió a dos niños.
Los niños crecieron, y fueron sólo mentiras sin rostro.
Y una heroína habló...
y luchó...
Entonces pensé que recuperaba esperanzas,
pero ella fue la única que no había sufrido,
y por eso (me dijeron) nunca se había conocido.
Me derrumbó la tristeza.
Sentí intensamente el dolor por la existencia.
Una voz más amarga me gritó que yo era malo,
que era mi naturaleza,
que era la humanidad,
como si el dilema entre naturaleza y ambiente fuera a ser resuelto.
Pero cuando estaba a punto de asentir,
otra voz me recordó a los niños azotados,
aterrorizados, reprimidos, controlados... disciplinados,
a las conciencias de una sociedad atomizada,
a las mentes embaucadas con cuentos de hadas,
a las escuelas llenas de maestros mudos,
a los libros de lujurias en oferta,
industrias manufactureras de pensamientos y sentimientos,
al placer de ahogar cerebros en humos y sustancias que apagan inteligencias.
Entonces entendí que no había esencias,
que la única esencia es la interdependencia,
que la vida había sido transformada por la ambición
y que la ambición nació en los corazones
desde el momento en que alguien pronunció la palabra “mío”,
que la ciencia había sido cooptada por la empresa,
que la competencia era el color de la filantropía.
Una vez más estuve dispuesto a gritar,
a correr, a comunicar... a luchar,
a golpear todos esos corazones que habían perdido sus rostros.
Descubrí otros caminos y otras revoluciones,
Y con ellos fueron apareciendo algunos rostros...
Y aunque tampoco los reconocí,
parecía que pensaban.
Con ellos recorrí un kilómetro.
Pero cuando la vereda se cerró y las arañas se sintieron en la piel,
Aquellos con quienes caminaba empezaron a desplomarse.
Como trapos que caen, quedaron en el suelo inermes.
Inofensivos cuerpos que ahora escurrían contradicciones.
Otra vez me derrumbó la tristeza.
Seguí el camino solo y sin voltear la mirada...
Pero ya no supe si caminaba hacia adelante o hacia atrás.
El aire era cada vez más denso,
la humedad llegó hasta mis ojos...
y llegué a perder el horizonte.
De pronto vi una flor en mi camino.
Me era muy familiar.
Ya la había visto antes.
Le había hablado y ella a mí.
Pero nunca la había visto tan cerca.
Mis ojos no soportaron sus colores.
Me detuve a admirar su tan inmensa belleza.
Y así pasaron días... un mes.
Y yo no podía más que contemplar su belleza.
Entonces sentí el amor...
El amor había sido mi razón de ser,
pero hace muchos años me había dejado,
y se había ido por otro camino.
El amor había perdido su sentido en mí.
Esa contradicción borraba poco a poco mi rostro.
Y mi corazón vacío había estado...
Pero en ese momento, todo cambiaba,
El amor tomaba mi mano.
Pude moverme y dar unos pasos.
La belleza me reconoció y yo a ella.
Y por un instante descubrí mis horizontes.
Comenzaron a llover prácticas nuevas,
ideologías y acciones emancipadoras.
Conceptos para mí encontrados e irreconciliables se dieron la mano.
Sublimes momentos de rebeldía...
Pero el instante pasó muy rápido.
Cuando intenté abrazarla, cerró sus brazos para abrazarse ella.
Entonces miré hacia adentro y vi una farsa,
(tragedia fársica dirían los expertos),
una mentira que no se sabía mentira.
Una completa ausencia de colectividad y reciprocidad.
Busqué una explicación para aquello que comenzaba a matarme,
y encontré un amor lleno de individualismo.
Una existencia volteada sobre sí misma.
Un “dame pero yo no te puedo dar”
“tócame pero yo no te he de tocar...”
Pero yo ya no pude tocar una flor llena de espinas.
Entonces quise hablarle, explicarle, convencerla,
pero una flor no tiene oídos...
No esperaba problemas me dijo.
Y comenzó a derrumbarme aquel amor...
ese tan bello y egocéntrico amor,
y el amor quedó enterrado bajo una montaña de poder...
de poder egoísta, de orgullo, de indiferencia...
de narcisismo.
Pero el amor nunca murió...
y la tristeza mi vieja amiga se asomó.
Entonces volví la vista atrás...
pero ya no encontré el camino.
Ya no podía ver el gris de los colores.
No había más siluetas, ni caminos,
ni arañas, ni flores,
ni verdades, ni injurias.
No había ya razón.
Entonces dejé de creer...
En ese momento, una voz surgió de entre aquellas que mudas gritaban.
Esta voz más tierna y serena que las demás,
se acercó a mi frente y me susurró una libertad:
“Yo soy mi propia esperanza”
Cuando todo desapareció,
cuando el mundo es una contradicción,
cuando el amor está enterrado,
cuando la traición, la mentira y el individualismo,
se disfrazan de esencia,
de naturaleza,
no puedo perder la esperanza,
no he de creer todo perdido,
pues mientras el amor, siga siendo mío,
entonces puedo seguir creyendo.
“Yo” es mi último refugio,
mi última verdad...
Inmediatamente me dí cuenta que el amor nunca dejó de ser mi razón de existir.
Entonces volvieron los colores,
volvió el blanco y el negro.
Y comenzaron a aparecer de entre las siluetas sin rostro,
algunas que reconocí,
y me dí cuenta que todo el tiempo habían estado ahí,
sólo las había olvidado.
Entonces me dí cuenta que estaba una vez más entre los caminos de la revolución
y aquellos llenos de colores.
Y una vez más comencé a caminar por el más estrecho,
el más arduo y más difícil.
Pero ahora sí podía ver el final...
A veces me detengo donde se interceptan los caminos de la revolución,
donde estos pasan entre otros llenos de colores más ligeros,
quizá más diversos, con formas y texturas más complicadas,
casi me atrevería a decir que aquellos parecieran escondidos, olvidados,
en comparación con los últimos, más concurridos y cuidados,
los primeros llenos de verdades que azotan y golpean embusteras,
mientras los otros se extienden entre luces de neón.
Hoy por fin descubrí el blanco y el negro
y con ellos llegó también el gris que iluminó mis colores,
Entonces pude comprender el mundo.
Como un enjambre de luciérnagas rojas,
me asaltó un ejército de verdades.
Me rodearon batallones enteros,
que vociferaban e insultaban temerarios:
“¡Eres ser humano!” “Tienes corazón”
Esas tan tremendas injurias penetraron mi cuerpo.
Se escondieron ahí donde no podía alcanzarlas.
Estiré mis brazos, mis piernas, mi cuello,
doblé mi torso y mi cadera...
...pero no pude encontrarlas.
Entonces comenzó mi enfermedad...
Empecé a escuchar voces,
no sé si eran verdades o injurias,
me hablaban de teorías exploradas
de contradicciones y teleologías motivantes,
de primeros motores y modelos ideales,
de ontologías fantásticas y depresiones cíclicas...
Una de las voces me dijo que el mundo no estaba hecho más de necesidades,
que éstas ya no importaban,
que hace muchos años los egos se llenaron de realidades objetivas,
y crearon sujetos mercenarios,
que los bebés se transformaron en soldados,
y cambiaron a sus hermanos por monedas de aire,
y que las monedas se transformaron en actos sexuales ciegos y vacíos,
de los cuales nació la desesperanza.
Fue entonces cuando vi a mi gente...
los vi a todos,
uno por uno pasó frente a mí,
pero no reconocí a nadie.
Seis mil millones de rostros ocultos,
siluetas mecánicas caminaban en muchas direcciones,
pero ninguna iba hacia adelante.
Entonces quise gritar el camino,
pero ya no pude distinguir entre necesidad y libertad.
Y si la primera había desaparecido, la segunda nunca pudo existir...
Entonces una madre le gritó “estúpido” a su hijo.
El niño creció... y mató a su hermano.
Más adelante, una televisión se comió a dos niños.
Los niños crecieron, y fueron sólo mentiras sin rostro.
Y una heroína habló...
y luchó...
Entonces pensé que recuperaba esperanzas,
pero ella fue la única que no había sufrido,
y por eso (me dijeron) nunca se había conocido.
Me derrumbó la tristeza.
Sentí intensamente el dolor por la existencia.
Una voz más amarga me gritó que yo era malo,
que era mi naturaleza,
que era la humanidad,
como si el dilema entre naturaleza y ambiente fuera a ser resuelto.
Pero cuando estaba a punto de asentir,
otra voz me recordó a los niños azotados,
aterrorizados, reprimidos, controlados... disciplinados,
a las conciencias de una sociedad atomizada,
a las mentes embaucadas con cuentos de hadas,
a las escuelas llenas de maestros mudos,
a los libros de lujurias en oferta,
industrias manufactureras de pensamientos y sentimientos,
al placer de ahogar cerebros en humos y sustancias que apagan inteligencias.
Entonces entendí que no había esencias,
que la única esencia es la interdependencia,
que la vida había sido transformada por la ambición
y que la ambición nació en los corazones
desde el momento en que alguien pronunció la palabra “mío”,
que la ciencia había sido cooptada por la empresa,
que la competencia era el color de la filantropía.
Una vez más estuve dispuesto a gritar,
a correr, a comunicar... a luchar,
a golpear todos esos corazones que habían perdido sus rostros.
Descubrí otros caminos y otras revoluciones,
Y con ellos fueron apareciendo algunos rostros...
Y aunque tampoco los reconocí,
parecía que pensaban.
Con ellos recorrí un kilómetro.
Pero cuando la vereda se cerró y las arañas se sintieron en la piel,
Aquellos con quienes caminaba empezaron a desplomarse.
Como trapos que caen, quedaron en el suelo inermes.
Inofensivos cuerpos que ahora escurrían contradicciones.
Otra vez me derrumbó la tristeza.
Seguí el camino solo y sin voltear la mirada...
Pero ya no supe si caminaba hacia adelante o hacia atrás.
El aire era cada vez más denso,
la humedad llegó hasta mis ojos...
y llegué a perder el horizonte.
De pronto vi una flor en mi camino.
Me era muy familiar.
Ya la había visto antes.
Le había hablado y ella a mí.
Pero nunca la había visto tan cerca.
Mis ojos no soportaron sus colores.
Me detuve a admirar su tan inmensa belleza.
Y así pasaron días... un mes.
Y yo no podía más que contemplar su belleza.
Entonces sentí el amor...
El amor había sido mi razón de ser,
pero hace muchos años me había dejado,
y se había ido por otro camino.
El amor había perdido su sentido en mí.
Esa contradicción borraba poco a poco mi rostro.
Y mi corazón vacío había estado...
Pero en ese momento, todo cambiaba,
El amor tomaba mi mano.
Pude moverme y dar unos pasos.
La belleza me reconoció y yo a ella.
Y por un instante descubrí mis horizontes.
Comenzaron a llover prácticas nuevas,
ideologías y acciones emancipadoras.
Conceptos para mí encontrados e irreconciliables se dieron la mano.
Sublimes momentos de rebeldía...
Pero el instante pasó muy rápido.
Cuando intenté abrazarla, cerró sus brazos para abrazarse ella.
Entonces miré hacia adentro y vi una farsa,
(tragedia fársica dirían los expertos),
una mentira que no se sabía mentira.
Una completa ausencia de colectividad y reciprocidad.
Busqué una explicación para aquello que comenzaba a matarme,
y encontré un amor lleno de individualismo.
Una existencia volteada sobre sí misma.
Un “dame pero yo no te puedo dar”
“tócame pero yo no te he de tocar...”
Pero yo ya no pude tocar una flor llena de espinas.
Entonces quise hablarle, explicarle, convencerla,
pero una flor no tiene oídos...
No esperaba problemas me dijo.
Y comenzó a derrumbarme aquel amor...
ese tan bello y egocéntrico amor,
y el amor quedó enterrado bajo una montaña de poder...
de poder egoísta, de orgullo, de indiferencia...
de narcisismo.
Pero el amor nunca murió...
y la tristeza mi vieja amiga se asomó.
Entonces volví la vista atrás...
pero ya no encontré el camino.
Ya no podía ver el gris de los colores.
No había más siluetas, ni caminos,
ni arañas, ni flores,
ni verdades, ni injurias.
No había ya razón.
Entonces dejé de creer...
En ese momento, una voz surgió de entre aquellas que mudas gritaban.
Esta voz más tierna y serena que las demás,
se acercó a mi frente y me susurró una libertad:
“Yo soy mi propia esperanza”
Cuando todo desapareció,
cuando el mundo es una contradicción,
cuando el amor está enterrado,
cuando la traición, la mentira y el individualismo,
se disfrazan de esencia,
de naturaleza,
no puedo perder la esperanza,
no he de creer todo perdido,
pues mientras el amor, siga siendo mío,
entonces puedo seguir creyendo.
“Yo” es mi último refugio,
mi última verdad...
Inmediatamente me dí cuenta que el amor nunca dejó de ser mi razón de existir.
Entonces volvieron los colores,
volvió el blanco y el negro.
Y comenzaron a aparecer de entre las siluetas sin rostro,
algunas que reconocí,
y me dí cuenta que todo el tiempo habían estado ahí,
sólo las había olvidado.
Entonces me dí cuenta que estaba una vez más entre los caminos de la revolución
y aquellos llenos de colores.
Y una vez más comencé a caminar por el más estrecho,
el más arduo y más difícil.
Pero ahora sí podía ver el final...
...With a little help from my friends
...Ahora una de los Beatles, para seguir con la onda bohemia.
(...o también en esta versión más estilo Joe Cocker aunque más tranquila. Una interpretación medio rara, entre "The Wonder Years" y los Beatles... pero bueno, a mí me gusta más esta versión...)
Hoy cómo me suena cierta esta canción...
"What would you do if I sang out of tune? Would you stand up and walk out on me...?
...What do I do when my love is away? (Does it worry you to be alone?)
How does it feel at the end of the day? (Are you sad because you're on your own?)"
I'll get by, with a little help from my friends...
(...o también en esta versión más estilo Joe Cocker aunque más tranquila. Una interpretación medio rara, entre "The Wonder Years" y los Beatles... pero bueno, a mí me gusta más esta versión...)
Hoy cómo me suena cierta esta canción...
"What would you do if I sang out of tune? Would you stand up and walk out on me...?
...What do I do when my love is away? (Does it worry you to be alone?)
How does it feel at the end of the day? (Are you sad because you're on your own?)"
I'll get by, with a little help from my friends...
sábado, 18 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
Tiempos de crisis
Farolito y Remolacha en:
Tiempos de Crisis
Ventrílocuo: Hola Farolito... qué milagraso. ¿Cómo estás? ¿Qué andas haciendo por acá?
Farolito: Pues aquí nadamás... que ya no soporto al Remolacha, jode y jode con eso de la crisis...
Ventrílocuo: ¿Cómo eso de la crisis? ¿Qué crisis?
Farolito: Pues quién sabe, yo ni le entiendo, que dizque ya se le viene abajo el mundo... y luego habla y habla, y quién sabe qué tanto dice que nadamás termino todo mareado y no le entiendo nada...
Ventrílocuo: Pues ahora que lo mencionas, creo que sí escuche algo en las noticias... Mira, aquí viene remolacha... vamos a aprovechar para preguntarle.
Farolito: No... mejor ni le muevas, porque de que ese se suelta, ya no lo paras...
Ventrílocuo: Hola Remolacha... ¿por qué tan serio y pensativo...?
Remolacha: Pues cómo que por qué... ¿qué no han visto la noticias? Se avecina una de las peores crisis mundiales desde la gran depresión de los años treinta... Se está cayendo todo el sistema financiero mundial, el peso va de picada y los precios para arriba... Un auténtico caso de estanflación a su máxima expresión... y todo por los mugrosos esos capitalistas que ya no producen y se la pasan especulando como si la economía fuera un gran casino... ¿qué no es para estar serio...?
Farolito: Ya, ya... bájale...
Ventrílocuo: Pero qué... ¿a poco sí es tan grave?
Remolacha: ¿Pero qué preguntas son esas? Bueno... ¿qué ustedes no leen las noticias?
Farolito: Yo sí... yo sí... hoy mismo me compré el Gráfico... estoy al tanto de todas las noticias... ve nadamás... la Tetanic ya anda ofreciendo su tortita aquí en la exposexo, Eva Méndez no quiere que la comparen con Jennifer López y Sabrina Sabrock anda buscando actores para su primera película porno... si ya hasta ando viendo lo de meter mi solicitud...
Ventrílocuo: Pero Farolito... porfavor... esas no son noticias, esos son chismes...
Farolito: ¿Cómo chismes? Si están en todos los periódicos...
Remolacha: Farolito... no puedo creer que andes leyendo esas cosas... qué no sabes que el gráfico y esos pseudo-periódicos no sirven más que para distraerte y llenarte la cabeza de puras tonterías, mejor lee periódicos como La Jornada o la revista Proceso... o mejor aún, periódicos populares como el Machetearte o el Zenzontle. Esos sí te informan críticamente.
Farolito: Noooo... pero esos no traen las muchachonas esas tan... tan... tan simpáticas que salen en el gráfico y el metro...
Ventrílocuo: ¡Farolito...! ¿Qué no te da vergüenza andar ahí de borrego viendo esas tonterías...? Mira... mejor dejemos que Remolacha nos explique más eso de la crisis...
Remolacha: Pues qué hay que explicar, si todo está bien claro... la crisis de sobreproducción de mercancías que caracterizó al capitalismo de los años 70, llevó a los tecnócratas a implementar las políticas neoliberales, que después fueron impuestas por el FMI y el Banco Mundial, a manera de ajuste estructural, y eso, junto con la financiarización abrieron la puerta a la especulación, lo que hizo que la liquidez no se correspondiera con la producción, de forma que cada vez más los capitales no estaban respaldados por valor real, hasta que llegamos a la punta del iceberg... Las grandes industrias hipotecarias comenzaron a dar créditos de hasta 50 años que se volvieron impagables. Cuando los bancos quisieron redimir el capital que estaba circulando se dieron cuenta de que las deudas excedían el valor real de la producción, lo que provocó un efecto dominó, y los inversionistas empezaron a retirar sus capitales, lo que provocó una caída en la bolsa de valores que terminó por colapsar todo el sistema económico.... ¿A poco no está muy claro?
Farolito: Hmm.... pues sí... eh.... bueno... así, claro, claro, lo que se dice claro... pues... este.... ¡No te entendí nada!
Remolacha: No puedo creerlo... es una vergüenza Farolito. Todo ciudadano responsable y consciente debe estar al tanto de los acontecimientos políticos y económicos en nuestro país... qué digo el país... en el mundo.
Farolito: Bueno sí... pero es que... ¿pues eso qué tiene que ver conmigo...?
Remolacha: ¿Cómo que qué tiene que ver? ¿Pues no ves que va a aumentar el desempleo? Luego van a empezar a regresar los migrantes que ya no les va a convenir estar en el gabacho... Entonces lo que va a pasar es que la demanda de trabajo va a ser todavía mayor, mientras que la oferta va cayendo. Luego el peso se está devaluando lo que provoca un aumento en el precio de los productos básicos. No ves que ahora todo está subiendo.... Nadamás del año pasado a acá, la canasta básica subió 12.2%. ¿Te das cuenta? Mientras tanto el valor real de los salarios se está desplomando...
Ventrílocuo: Uy no, pues eso sí suena muy serio. Pero seguramente nuestros gobernantes ya deben estar buscando soluciones. Por ahí leí que estaban diseñando un plan anti-crisis.
Farolito: ¡No... qué pasó...! Si esa bola de zánganos no sirve pa'nada...
Ventrílocuo: Farolito, porfavor... ten más respeto por los señores funcionarios.
Remolacha: No, no... si ahora sí tiene razon Farolito. Mira... ¿qué fue lo que hicieron los señores gobernantes? Enseguida comenzaron a subastar el tesoro público. Así nadamás de la nada, vaciaron más de 10,000 dólares de las arcas...
Ventrílocuo: Pero seguramente se lo han de haber dado a la gente pobre, a los más afectados por la crisis.
Remolacha: No señor... no... ¡¡¡Si nadamás de acordarme se me cae la bilis!! Todo se lo dieron a un puñado de especuladores, que dizque para apoyar la economía... Es un tremendo atropello. ¿Habíase visto antes semejante cosa? En tiempos de crisis, le quitamos el dinero a los pobres para dárselo a los ricos, que son los que precisamente causaron la crisis por su tan tremenda avaricia... Sí señor, eso es lo que hicieron todos esos polítiquillos.
Farolito: ¿Politiquillos...? Querras decir... politicotes....
Ventrílocuo: ¿Por qué políticotes Farolito?
Farolito: ¿Pues qué no ha visto el volumen del 'ser do-tado' ese que está de Secretario de Hacienda? Ese sí que llegó por su propio peso....
Ventrílocuo: ¡Farolito...!
Remolacha: Pero así es señor... ¡¡Me temo que hoy se nos cae el sistema y nosotros... en manos de un chaparrito espurio, un señorito franquista y un tinaco de tesorero!!
Farolito: ¡¡Ahora sí que nos salve Santa Chuchita!!
Remolacha: Ah no... eso sí que no. Nada de derrotismos... Si está todo tan al revés, y si se está cayendo el sistema, es precisamente porque no funciona... entonces, lo que hay que hacer es organizarse para sacar a esos especuladores, rateros, y vendepatrias, y no estar ya dependiendo de gobiernos que no les importa lo que nos pasa a la gente de abajo...
Ventrílocuo: Sí verdad...
Remolacha: Lo que tenemos que hacer es organizarnos en nuestras comunidades, así como le hicieron en Argentina, donde los trabajadores tomaron las fábricas, después que los patrones las habían abandonado por la crisis del 2001... Entonces, ya sin patrones, y sin capitalistas, ya trabajaban más a gusto, menos tiempo y ganaban más, además de que producían más... luego empezaron a crearse redes económicas populares, basadas en el intercambio justo de productos y servicios... Sí señor, ahí comenzó una verdadera alternativa a este sistema capitalista.
Farolito: ¿Pero cómo? Entonces... ¿quién nos va a gobernar? ¿Qué no se necesita que haya gobierno para que la gente no robe y no cometa delitos?
Remolacha: Pero qué no te das cuenta que precisamente es ese gobierno el que más roba y más comete delitos... y como ellos son el poder, pues nadie les dice nada... y las leyes nadamás las usan para extorsionarnos... Los policías nadamás andan sacándole dinero a la gente y los jueces, ya ves que hasta andan defendiendo pederastas... No... el único gobierno que necesitamos es el gobierno de la gente, un gobierno del pueblo... cuando nos organicemos en nuestras comunidades, entonces sí... podemos hacer asambleas y comités populares, o policías comunitarias como en Guerrero, en donde sacaron a los policías del gobierno y fueron la misma gente de las comunidades las que empezaron a organizarse para vigilar las calles.... con decirte que desde que empezaron, se redujo el crimen por más de un 95%....
Farolito: Uy no... qué maravilla... un país sin políticos corruptos, sin ricos, y sin policías... ¡¡¡eso sí que suena de lujo!!
Ventrílocuo: Pues entonces... menos palabras y más acción. Vamos a llamar a organizar una asamblea de vecinos.
Remolacha: Muy buena idea... Ya es hora de que hagamos algo.
Farolito: Va que va... ¡¡Yo también le entro!! Pero antes... denme chance de ir a meter mi solicitud para la película de Sabrina Sabrock....
Ventrílocuo y Remolacha: ¡¡¡¡Farolito....!!!!
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