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sábado, 1 de noviembre de 2008

Nuevos triunfos en la lucha por la libertad de los presos políticos

Después de casi tres años de haber sido privados de su libertad injustamente, el pasado jueves 16 de octubre, fueron liberados los hermanos Jorge Marcial y Gerardo Tzompaxtle Tecpile, así como Gustavo Robles, quienes estaban recluidos en el penal de Amatlán de los Reyes, en Veracruz. Después de haberse interpuesto el recurso de apelación en segunda instancia, el Magistrado Rafael Remes Ojeda del Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal del Séptimo Circuito, en Boca del Río, Veracruz, no encontró elementos para sostener la acusación de Delincuencia Organizada en su contra, por lo que fueron puestos en libertad inmediatamente.

Los hermanos Tzompaxtle Tecpile, indígenas nahuas de la zona centro de Veracruz, fueron detenidos el 12 de enero del 2006 por elementos de la Policía Federal Preventiva, quienes pretendían vincularlos con las organizaciones político militares del país. Su caso se ha caracterizado por las numerosas injusticias e ilegalidades cometidas por el Estado mexicano, que han puesto en evidencia la verdadera cara del supuesto “estado de derecho” que existe en el país. Desde su detención, se les violaron sus derechos pues no había elementos para justificar ese acto. Estuvieron incomunicados por dos días, para ser después trasladados por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones a la Ciudad de México, a las instalaciones de la SIEDO, en donde estuvieron arraigados por tres meses, tiempo en el que se les pretendía acusar de secuestro, terrorismo, delincuencia organizada, y acopio de armas, entre otros delitos. Contrariamente al principio de presunción de inocencia, en este caso, se les retuvo sin ningún elemento que fundamentara estas acusaciones, y se les comenzó a investigar para ver qué delito podrían imputarles. Sin embargo, al no haber elementos para sostener la mayoría de las acusaciones, se les remitió al Reclusorio Norte, y se les siguió un proceso penal por el delito de cohecho, así como de delincuencia organizada, del cual fueron absueltos dos años y nueve meses después.

Desde el momento de su detención, diversas organizaciones sociales y de derechos humanos, nacionales e internacionales se movilizaron para luchar y exigir su libertad, lo que fue decisivo en su liberación, pues el Estado mexicano no tenía la menor intención de liberarlos. La Red Solidaria Década Contra la Impunidad, junto con personalidades como el Obispo Raúl Vera López y el Obispo Samuel Ruiz, así como las organizaciones de la Otra Campaña, manifestaron en diversos momentos su solidaridad con los compañeros. Fue la lucha del pueblo la que finalmente logró la libertad de los compañeros.

Esta liberación se enmarca también en una serie de victorias jurídicas obtenidas por el movimiento social, como es el caso de cuatro de los cinco indígenas me'phaa detenidos el pasado 17 de abril de este año, quienes fueron acusados injustificadamente del homicidio de un informante del Ejército Mexicano, pero cuya detención se debió principalmente a su participación en la Organización del Pueblo Indígena Me'phaa (OPIM). Los compañeros, originarios de la comunidad de El Camalote podrían salir libres en este mes, pues después de seis meses de injusta prisión, y ante el creciente reclamo de las organizaciones sociales y populares, así como de organizaciones de derechos humanos, como el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, la Jueza Octava de Distrito con sede en Acapulco concedió un amparo que ordena su libertad. Aunque al momento de la redacción, los compañeros todavía no han sido puestos en libertad, se espera sean liberados en los primeros días de noviembre.

Otro caso reciente es el de la liberación de Marcelino Díaz González, ahora ex-preso político, integrante de “La Voz del Amate”, organización de presos adherentes a la Otra Campaña, en el penal No. 14 de Cintalapa en Chiapas. Marcelino Díaz, originario de San Pedro Nixtal Uk'Um, municipio de El Bosque, detenido el 3 de octubre de 2001 por la Policía Judicial del Estado y sin orden de aprehensión, fue liberado el pasado 15 de octubre, después de haber permanecido más de siete años en prisión.

Como movimiento popular, nos congratulamos por estas victorias en la lucha por la liberación de los presos políticos, y reconocemos que no han sido actos de “buena fé” del Estado, sino que han sido arrancadas por la lucha popular, por las movilizaciones sociales, por las organizaciones de derechos humanos y también por los esfuerzos jurídicos de los compañeros que llevan a cabo esta lucha. Sin embargo, también es necesario reafirmar nuestro compromiso con la lucha por la libertad de todos los presos y presas políticas que hoy siguen injustamente detenidos. De acuerdo a los datos recopilados por Gloria Arenas y Eugenia Gutiérrez, hubo 3507 casos de detenciones por motivos políticos en el periodo de 1990 a 2008, y al 2 de octubre todavía seguían presos 145 compañeros y compañeras. Es por esto que tenemos que seguir fortaleciendo esta lucha y no descansar hasta que sean liberados Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas Agis, hasta que sea liberado Nacho del Valle, así como los otros compañeros detenidos el 3 y 4 de mayo del 2001, hasta que sean liberados todos y todas las presas políticas del país y no se siga criminalizando a los compañeros que luchan por la transformación de nuestro país.

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