Miles de mexicanos y mexicanas se lanzaron a las calles ayer, sumándose a la "Marcha por la Familia", prestos a condenar a las familias homosexuales, homoparentales y lesbomaternales. Con una mezcla de tristeza, coraje y miedo, escribo estas líneas para tratar de darle algo de sentido a esto que parece un sinsentido.
¡El mundo al revés! Una expresión de odio se enmascara en un discurso de amor. La intolerancia y el rechazo a la familia se disfraza de defensa de la familia. Enarbolando la bandera de una supuesta "familia natural", la buena sociedad sale a las calles a condenar toda forma familiar que no se ajuste a sus dictados religiosos.
La familia es la base de la sociedad, se les escucha decir. Yo me pregunto, ¿qué tipo de familia? ¿Las familias conformadas por padres solteros? ¿Las familias de madres solteras? ¿Las familias conformados por un hombre y una mujer sin hijos? ¿Las familias conformadas por abuelos y nietos? ¿Las familias conformadas por dos hombres sin hijos? ¿Las familias conformadas por dos mujeres sin hijos? ¿Las familias conformadas por dos padres y un hijo? ¿Las familias extendidas?
La familia ha adoptado una gran diversidad de formas a lo largo de la historia de la humanidad. Baste recordar a los griegos en la antigüedad, para quienes la homosexualidad era la norma. Los hombres, además de su esposa, tenían un amante del mismo sexo, lo cual no sólo era visto con normalidad, sino que era esperado en la conformación de una familia. Veamos también a las familias tribales, en las que no había una relación privada entre padre y madre biológica y el niño, pues los niños eran considerados los hijos de toda la tribu.
Estos y tantos más ejemplos son suficientes para desechar el argumento de una supuesta forma "natural" de la familia. No obstante, las masas que salieron a marchar, acríticas y manipulables, enarbolaban sin fundamento alguno la idea de lo "natural" para con ello condenar a los diferentes.
Es aquí donde me entra un poco de miedo. Esto que vivimos hoy es muy parecido a la demagogia que sirvió de base para la entrada del fascismo en la Europa de mediados del siglo XX. Ahí también, un Adolfo Hitler, aludía a lo natural, a la familia natural, blanca, aria, heterosexual. Y fue con ese discurso que logró enviar a la cámara de gas a homosexuales, lesbianas, judíos, negros y otros tantos que no se ajustaban a su concepto de lo "natural". En los EEUU, el Ku Kux Klan también argumentaba la supuesta "ley natural" para cometer actos de odio y violencia racial. Muchos negros, hispanos y homosexuales han sido asesinados por este grupo al no ajustarse a lo que ellos definieron como "natural".
Es verdaderamente peligroso cuando alguien habla de una supuesta "ley natural" para justificar posturas ideológicas muy específicas, pues con ello pretende justificar cualquier tipo de agresión en contra de quien se le consigna como "antinatural". Todos aquellos que enarbolan este concepto de "familia natural", habría que preguntarles: ¿quién define lo que es natural y lo que es antinatural? ¿Quién tiene la potestad para hablar por la naturaleza?
Este discurso que está cobrando fuerza, es producto de la manipulación de los grupos de poder en la ultraderecha, quienes buscan imponer como ley jurídica, algo que es producto de una ideología conservadora. ¡Vaya retroceso histórico! Tanto que ha costado la lucha por los derechos humanos, por la no discriminación, y hoy, con la mano en la cintura, vienen los representantes de la versión mexicana del Ku Klux Klan a querer regresar a una época de odio y xenofobia.
Vale la pena revisar el artículo 1 constitucional que explícitamente prohibe la discriminación por motivos de orientación sexual. La misma Constitución en su artículo 4 protege a la familia como un derecho de todos los hombres y mujeres. ¡Qué gran violación a los derechos humanos de los homosexuales si se les impide la protección del artículo 4, sólo por su preferencia sexual!
Pero esto no sólo lo digo yo, lo dice también la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Afortunadamente, existen ya numerosas tesis jurisprudenciales en las que el máximo tribunal en México se pronuncia a favor del matrimonio igualitario. Según la jurisprudencia 85/2015, la definición legal del matrimonio como una institución entre un hombre y una mujer, "vulnera los principios de igualdad y no discriminación contenidos en el artículo 1o. de la Constitución al excluir injustificadamente a las parejas del mismo sexo de dicha institución". Esta misma jurisprudencia establece claramente que en términos legales no existe tal "familia natural", y que lo que la Constitución protege en su artículo 4o. es "la familia como realidad social, es decir, todas las formas y manifestaciones de familia que existen en la sociedad, entre las que se encuentran las homoparentales conformadas por padres del mismo sexo con hijos (biológicos o adoptivos) o sin ellos".
¡Efectivamente! La familia es una realidad social, es un constructo histórico, es algo que existe en sus diversas manifestaciones, y no puede reducirse a un "modelo ideal" que sólo existe en los discursos mojigatos del clero y los sectores de ultraderecha en la iglesia católica. La familia es algo real, no algo imaginario. ¡Y por supuesto que existen familias formadas por parejas homosexuales! Pretender negarles el matrimonio es negar algo que es una realidad, y con ello negar derechos consagrados.
La tesis jurisprudencial 86/2015 establece claramente que "las normas civiles que impiden a las parejas del mismo sexo el acceso a la institución matrimonial producen una doble discriminación, pues no sólo se les priva a las parejas homosexuales de los beneficios expresivos que comporta el matrimonio, sino también de los materiales; exclusión que pudiera incluso llegar a afectar a sus hijos al colocarlos en un plano de desventaja respecto de los hijos de parejas heterosexuales".
Pero... ¿Y el derecho de los niños? Gritan inmediatamente los representantes de la "buena sociedad" católica. ¡Si los niños son adoptados por parejas homosexuales se estaría violando sus derechos! ¿No es así?
La respuesta obligada es una nueva pregunta. ¿Exactamente qué derechos de la niñez se estarían violando? El mismo artículo 4o. constitucional establece claramente que "los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral." ¿Qué parte de estos derechos se viola cuando una pareja homosexual adopta un niño o una niña? En todo caso, estos derechos son violados cuando un padre, madre o tutor (homosexual o heterosexual) ejerce violencia contra sus hijos, o no les provee una buena alimentación, una buena educación, una buena salud. ¿Qué decir de la gran cantidad de niños que viven en familias disfuncionales de padres heterosexuales, que viven en situación de violencia y en condiciones precarias? ¿Por qué los representantes de la "buena sociedad" no dicen nada al respecto? ¿Por qué los "defensores de la familia" no salieron a marchar cuando se destaparon los numerosos casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en contra de niños indefensos?
¿Cuál es entonces el gran daño que se hace a los niños al ser adoptados por parejas homosexuales? ¿Se les genera un daño psicológico? A la fecha no existe un sólo estudio válido que permita sostener que existe tal daño. Por el contrario, existen numerosos estudios que demuestran que no hay diferencia en la crianza de un niño por padres homosexuales o padres heterosexuales. La Asociación Americana de Psicología concluyó en el 2004, que "la creencia de que los adultos gays o
lesbianas no pueden ser padres competentes no tiene base empírica. No se han
encontrado diferencias significativas entre mujeres lesbianas y heterosexuales en la
manera de criar a los hijos. Se ha encontrado que los miembros de parejas gays y
lesbianas con hijos se reparten igualitariamente la atención a los niños y están
satisfechos con sus relaciones de pareja. Los resultados de algunos estudios sugieren
que las habilidades de crianza de los padres gays y las madres lesbianas pueden ser
superiores a las de los padres heterosexuales. No hay base científica para concluir que
los padres gays y las madres lesbianas puedan no ser padres competentes debido a su
orientación sexual. Por el contrario, los resultados de la investigación sugieren que los
padres gays y lesbianas tienen tanta probabilidad como los padres heterosexuales de
proporcionar ambientes sanos y protectores para sus hijos."
¿Entonces? Si la orientación sexual de los padres no dice nada sobre sus posibilidades de crear ambientes sanos para la crianza, y para el ejercicio del derecho de los niños a la salud, alimentación, educación y desarrollo integral; Si los estudios han comprobado que no sólo no existe daño en los niños que son criados por parejas homosexuales, sino que las habilidades de crianza de los padres y madres homosexuales podrían ser superiores a la de los padres heterosexuales; Entonces, ¿cuál es el argumento que justifique una oposición a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales?
¿Es que los niños criados por homosexuales se van a volver también homosexuales? Y si los niños crecieran y optaran por la homosexualidad... ¿esto sería algo malo? ¿Qué no establecimos ya que la homosexualidad no es algo malo? ¿Qué no está prohibida la discriminación en la Constitución? ¿Decir que una identidad sexual es buena y otra es mala no es una expresión de discriminación?
¡No! No tiene nada de malo ser homosexual. No es un daño, no es una enfermedad, no es síntoma de inestabilidad psicológica o emocional. ¿Entonces cuál es el problema con que un niño opte por esta identidad sexual?
Pues bien, aun admitiendo que no hay nada malo en que un niño crezca y opte por la homosexualidad, es necesario decir que esto ni siquiera es así. Es decir, no hay ninguna razón por la que un niño criado por homosexuales tenga más o menos probabilidades de ser homosexual. La orientación sexual de los padres o madres no define la orientación sexual de los hijos o hijas. La orientación sexual no es algo que "se pega". La orientación sexual es una condición o una decisión individual. En todo caso, los niños que crecen en familias igualitarias, sin prejuicios de ningún tipo, serían más libres para explorar su propia identidad. Por el contrario, es muy común ver en familias de padres heterosexuales con fuertes prejuicios, niños que crecen reprimidos y sí, con altos grados de estrés psicológico y emocional por no poder vivir y expresar libremente su individualidad y sus preferencias sexuales.
Es claro que el discurso sobre esa supuesta "familia natural" se reduce a un mero exabrupto de los sectores más conservadores de la iglesia católica. Es obvio que se trata de un exabrupto sin fundamentos legales, científicos o históricos. Es un movimiento retrógrada que busca imponer una visión religiosa a la sociedad, pasando por encima del Estado de Derecho y del Estado Laico.
Esto no sería merecedor más que de una mirada de desaprobación, si no fuera por el gran número de personas que han caído en este discurso manipulado. Este sector de ultraderecha ha azuzado los miedos y las inseguridades de la "buena sociedad", canalizándolos en contra de un sector de la población que no se ajusta a sus modelos conservadores. El resultado es un discurso de odio que parece tener eco en una gran parte de la población. Sin duda, se trata de una fórmula muy peligrosa.
Apelo pues a la consciencia histórica y espero que no sea este indicio de una nueva entrada a la época del oscurantismo.
Dejemos ya los discursos de odio, xenofobia y rechazo a la diferencia. Es hora de empezar a actuar desde el amor y la aceptación.
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